LAS DOS CARAS DEL DEPORTE REY.
En la actualidad el fútbol se ha dividido en dos mundos, que son antagonicos entre si. Por un lado esta el Profesionalismo, y del otro lado de la vereda, esta el Amateurismo. A pesar de que ambos son parte de la vida deportiva del deporte rey, a diario, los consumidores mediaticos, tienden a valorar mas, el balón pie profesionalizado, ignorando que detras de cada noticia deportiva, hay oscuras intenciones comerciales, que buscan extinguir lo amateur, a toda costa.
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Hoy en día, el fútbol se ha instalado como la práctica deportiva más influyente del continente, en la que conviven dos mundos, que son los protagonistas antagónicos, del deporte rey. Ellos son: el Amateurismo y el Profesionalismo.
El primero, representa el costado más colectivo y equitativo del deporte, que tiene como prioridad la libertad deportiva en cada ámbito de su vida útil. Demostrando que hay nobleza e igualdad en un contexto que vence una y otra vez, las ataduras que se generan a diario, a partir de la escasez de recursos materiales y económicos, que los sujetos que son parte de una Institución amateur, atraviesan a diario.
Del otro lado de la vereda, está lo profesional, que nos maravilla a diario con la épica puesta en escena de los eventos deportivos televisados por lo medios de comunicación, que destacan la importancia del actual mundo del fútbol. En un contexto, donde los futbolistas de élite se han convertido en trabajadores deportivos, que dedican su vida a brillar en los campos de juego de las Instituciones deportivas privadas, en las que ellos trabajan.
Ambas caras de esta practica deportiva deberian tener la misma importancia en los medios y la sociedad. Sin embargo, en un mundo dominado por la conectividad inalámbrica del Internet, lo Profesional ha ganado un lugar destacado en la agenda mediática y social. Posicionándose en la escena cotidiana, mediante la exposición de sus múltiples eventos, en las distintas plataformas comunicativas, como lo son: la radio, las redes sociales y los programas de TV.
El mundo que está detrás de una pantalla, interactua con las personas los 365 dias del año, convirtiendose en un punto de referencia, potenciado por las interminables noticias informativas, de los deportes cubiertos por las empresas mediáticas. Estas firmas comerciales, utilizan a propósito, la interactividad de las redes sociales y su atrapante formato mutable para acaparar la atención de los telenautas (gente que vaga por Internet), que sin saberlo consumen y asimilan todos los "saberes" deportivos, enunciados por la figura visible de los periodistas, que trabajan en esa amplia red comunicativa.
A partir de esa primer recepción de la información, se propagara ese punto de vista mediante las conversaciones e interacciones que los ciudadanos, tienen a diario, con sus colegas, familia, jefes e hijos, permitiendo la libre circulación de esta sabiduría deportiva de boca en boca, de celular a celular y de pantalla a pantalla. En etapas posteriores, se instalara la ilusión de un debate colectivo que nace a partir de una libre expresión ilusoria, producto de lo que ellos recibieron como receptores de esa información, emitida por la prensa y pensada como un direccionador de pensamientos. Dicho en otras palabras, los medios instalan un debate, para que nosotros hablemos de el, y nunca fuera de él.
Es por eso, que lo que parece un flujo de información inofensivo, esconde un propósito oscuro. Y este es (entre tantos usos o propósitos ocultos), dejar de lado la cobertura del fútbol amateur, por la simple justificación de que "no vende" o no se consume tanto. Es cruel, pero las empresas deportivas y los medios de renombre, ya no dedican sus esfuerzos a cubrir algo que no les genere algún beneficio monetario inmediato, y por ese motivo, la cara socialmente amateur del rey del deporte, es invisible a los ojos de los sujetos/as que ignoran la existencia, de esa faceta desconocida, por la mayoría. Los continuos bombardeos cargados de información, que recibe la urbe (sector popular de la Ciudad), crean un sin fin de cadenas mediáticas, que instalan, la noción de que lo que esté fuera de la élite no importa, en lo más mínimo.
Por ese motivo es que a diario no se ven historias de clubes de barrio o instituciones que no tengan apoyo económico estatal o que no estén inscritas en el mundo Profesional, porque, hoy en día, los medios de comunicación se convirtieron en lugares donde se pueden modificar contenidos discursivos (oraciones o ideas cargadas de intención) , con los matices orales de sus enunciadores (personas que hablan de un tema) con la intencionalidad de manipular el pensamiento y las opiniones de terceros, que ignoran, ser el blanco de esa manipulación.
Las charlas de café, los encuentros en un bar de unos colegas que están tomando unas cervezas, las citas de un par de enamorados, que tienen su primer encuentro amoroso y los niños que juegan a ser futbolistas por un límite de tiempo, tienen algo en común, el ser parte de una comunidad, que, en alguna parte de su vida consumieron el contenido que los medios propagan. Y, de seguro, en alguna de las conversaciones que estas personas desarrollaron en medio de su rutina, apareció, aunque sea de forma mínima, algún relato o breve reseña de un acontecimiento deportivo, que les haya llamado la atención. Por ese motivo, los medios, tienen tal poder y peso, porque lograron implantar en nuestra psiquis (pensamiento o juicio individual) ideas o corrientes de pensamiento, que sin su intromisión, no se hubieron hospedado en la consciencia de las personas. Demostrando que, en este milenio, esta herramienta comunicativa, se convirtio en el "Cuarto poder", de los tres poderes existentes, que son: el poder ejecutivo, el judicial y el legislativo.
Con esto en mente, habría que comenzar pensar una posible solución para tanta injusticia mediática, que, el deporte amateur, sufre a diario. Pero hasta que nosotros, los seres humanos, que somos parte del estado, no nos saquemos el velo cegante del mundo lleno de colores bonitos que nos ofrecen la prensas deportivas regionales e internacionales, no seremos capaces de huir o de siquiera pensar una vía de escape, que nos permita encontrar un camino, donde atravesemos la senda de la verdad, que está oculta en nuestro territorio, en medio de los cementerios de hormigón, y sus pocos paisajes verdes.
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